Descubrir el término no-binarie fue nombrar un sentimiento que no podía describir
Lo primero es que aunque ahora haya mayor visibilidad, ser no-binarie no es nuevo. Por cientos de años el tercer género, los roles fuera del binario y el concepto de two spirit (dos espíritus) han existido.
La diferencia entre sexo vs género
Una confusión común es equivaler el sexo con el género. El sexo se refiere a lo biológico. El género se refiere al rol que tiene una persona en la sociedad. Son características de comportamiento y expresión socialmente construidas. Las normas que definen el género varían entre culturas y cambian con el tiempo.
Podemos ver ejemplos en la ropa y las modas. Los zapatos con tacón fueron originamlente diseñados para hombres. Luego se convirtió en un zapato femenino, pero intrínsecamente no hay nada femenino sobre los tacones. Simplemente la sociedad cambió su percepción. Del mismo modo ha sucedido con otras piezas de vestimenta, como las faldas y los pantalones.
Decir que hay sólo dos sexos es incorrecto
El binario es una noción problemática. Nos categoriza entre “hombre y mujer” partiendo de que “hay sólo dos sexos”, cuando esto es falso. Existe diversidad genética como personas XO, XXY o intersex. Existen personas que tanto hormonal como anatómicamente, por naturaleza, están entre “hombre” y “mujer”. Dada la variedad biológica, no debería extrañarnos que exista variedad de género.
Qué significa ser no-binarie
En la forma más sencilla, no-binarie es un término que recoge todo lo fuera de estrictamente “hombre” o “mujer”. Incluye múltiples identidades como agénero, género no-conforme, fluide, etc. Las personas no-binarie pueden no identificarse con ningún género, como pueden identificarse parcialmente.
Cómo supe que no era “mujer”
Mi mamá siempre cuenta que ella intentaba ponerme lazos y trajes de encaje. Siendo bebé, terminaba arrancándomelas. Simplemente no me gustaban. Cuando más grande, me antojaba de ropa y jueguetes “de nene”. En mi pequeña mente, no entendía por qué mis primos podían tener carritos y estar corriendo descalzos en el fango. Adultos veían raro que yo tuviera más interés en jugar con Hot Wheels, en vez de estar dándole leche a una muñeca con mis primas. Un buen ejemplo de la incomodidad que causa crecer en una sociedad que le asigna género a ciertas actividades, pero eso es tema aparte.
El asunto importante es que esta sensación mía de no poder “encajar” con lo “esperado de mi” en manerismos o comportamientos nunca se fue. Odiaba tener que utilizar falda de uniforme todos los días. No compartía los intereses “estándares” ni me interesaba o importaba verme “femenina”. Me sentía mal cuando me llamaban la atención por que “no me sentaba como nena”. Yo no me sentia “como nena”. No entendía qué se suponía que fuera eso.
Cuando tuve acceso al internet, posaba de nene para hablar con chicas y chicos. Me gustaba “disfrazarme” masculina. Sin embargo, tampoco sentía deseo de ser hombre. Sentía un deseo de poder alterar mi físico según me sintiera ese día. Con el tiempo, entendí que era “raro” mi comportamiento. A mis amigas hiperfemeninas claramente les gustaba “ser mujer” y estaban muy satisfechas con su rol. Ellas no se hacían las mismas preguntas, ni sentían las mismas incomodidades que yo.
Una mujer trans me abrió los ojos
Entre mis típicos argumentos ignorantes de “¿No podemos simplemente ser personas y ya?”, “¿Por qué todo tiene que tener un label?” se escondía una presunción de que lxs demás eran como yo. Que sentían que simplemente existían en unx cuerpx sin definición.
No fue hasta que tuve una conversación con una mujer trans sobre su identidad que entendí la mía. “Cuando yo cierro los ojos, no importa en qué momento sea…me veo y siento con cuerpa de mujer. Sé que soy una mujer, hasta cuando sueño…esa es mi esencia.”
Recuerdo que me eché a llorar porque escuché la sinceridad en sus palabras. Conecté con su realidad y entendí. Entendí que yo nunca he sentido eso. Nunca lo sentiré.
Siempre he sido una persona no-binaria. Esta es mi verdadera identidad.